viernes, 27 de abril de 2012

DUELO AL SOL

Me niego. Me niego a terminar el mes de Abril sin escribir una sola linea. me niego a darle la razón a esa voz de mi cabeza que me dice "no merece la pena". Porque SI merece la pena. Se que hay gente esperando para leerme. y yo estoy el primero de la lista.

¿Y por qué he estado tanto tiempo sin escribir? (creo que esa pregunta ya la he formulado antes...)
La respuesta es curiosa y contradictoria, y cuando me he dado cuenta de ello ha sido como un mazazo en
la cara...




 No escribo porque he decidido que quiero ser escritor.

¿Alguien lo entiende? ¿No es cierto que es un competo contrasentido? ¿Realmente estoy loco? Teniendo en cuenta que he dicho que hay voces en mi cabeza, podría pensarse que sí. Pero no es ese tipo de locura.

Lo que me pasa es muy fácil de explicar. Soy un eterno adolescente. Huyo de responsabilidades, intento no madurar; ir siempre de la mano de alguien. Volar solo me da miedo, y por eso lo evito. Al decidir que quiero ser escritor (en un sentido muy amplio de la palabra; tal vez sea mejor usar la expresión "contador de historias") me marco una meta. Decido que quiero vivir de ello, o intentarlo al menos. Es decir: escribir será mi trabajo. Es decir: toca madurar. Es decir: no apetece dejar la comodidad de no hacer nada. Es decir: el miedo aparece. Es decir: me alejo de cualquier cosa que tenga que ver con la escritura.
 Dejo el Blog a un lado, no hago caso a los apuntes sobre estilo literario que he conseguido, abandono los 15 minutos de escritura que hacía cada mañana nada mas despertar, no miro las webs que me dio Pedro Ugarte (escritor) donde hay cursos y concursos de literatura... incluso, y aunque parezca una banalidad, no dejo comentarios en otros blogs o en facebook.

Se supone que el miedo es bueno siempre que nos haga avanzar. Pero si nos paraliza, no nos deja cumplir los sueños, entonces se convierte en un enemigo a batir. Yo le he dado con el guante en la cara, nos hemos mirado a los ojos, hemos esperado a que sonara la última campanada mientras una bola de paja seca se cruzaba entre nosotros, como una película del oeste. Y yo he desenfundado primero. No un revolver, sino una pluma. Y un lápiz. Y un teclado. Y un cincel ...y aquí me hallo, escribiendo su epitafio en una losa.



                                                               Descanse en paz.


Como conclusión, decir que solo existen dos emociones. Amor y Miedo. En mi caso, Amor por contar historias, Miedo a madurar. Debemos decidir con cual de las dos emociones queremos recorrer la vida. Yo decido hacerlo con el Amor.