martes, 20 de marzo de 2012

VICTORIA

Lo reconozco, han sido muchos, muchos días sin ponerme delante del teclado  a escribir en serio. He dejado el blog abandonado, y con el a mis lectores, cosa imperdonable. Necesitaba un tiempo para mi, los días no han sido fáciles últimamente, la ansiedad, los nervios y el miedo me han pegado duro y eso ha hecho que me sintiera cansado, mas mental que físicamente.

Agazapada como un animal salvaje, la ansiedad me estuvo acechando, dispuesta a saltar a por mi en el momento mas oportuno. Normalmente en lugares en los que ya me ha atacado antes y me nota débil.
El sábado por ejemplo fue un día fantástico. De los de enmarcar. Lo viví sonriente, feliz y agradecido, acompañado de una persona muy especial, que se ha volcado para ayudarme. Pero cuando llegué al gimnasio del colegio que abro y cierro, nada mas poner el pie allí, comencé a sentirme mal. A pensar que, cuando se fuesen todos y me quedara SOLO, sin nadie a quien pedir ayuda, iba a tener un ataque de ansiedad como el que tuve en ese mismo sitio dos semanas antes. Y la verdad, así no se puede vivir.

Si algo he sacado en claro, es que no vivo en el presente, en el ahora. Vivo creyendo que "luego", cuando haga algo como coger un autobús, me encuentre solo en mi trabajo, me voy a sentir tan mal como "antes", cuando los nervios me agarran y me nublan hasta tal punto que no soy capaz de ver o sentir otra cosa que no sea angustia.

Tampoco me apetecía escribir. no se puede decir que haya estado de huelga creativa. He hecho un montón de dibujos en estos días. Este domingo apenas hice otra cosa, llegando a tener un pequeño callo en el dedo índice, de agarrar los lápices. Creo que he preferido dibujar a escribir porque la obra terminada se aprecia en un segundo. No hace falta dedicar minutos a leerla, como pasa con un relato. Lo ves (lo MIRAS) y sí, puedes dedicarle el tiempo que quieras, mirar detalles, pensar qué cambiarías, o de qué te sientes mas orgulloso... pero el efecto sedante de un dibujo terminado es una droga de acción rápida.


Estoy dando muchos rodeos para contar lo que quiero contar. Pero creo que tengo que dar otro paseito por las palabras para que entendáis al completo el propósito de mis palabras.
 ESTOY HARTO de vivir con miedo. Harto de la necesidad de bajarme de un autobús, de no ser capaz de salir con mis amigos, de estar pendiente del teléfono, de donde estarán mis padres si les necesito... Harto de necesitarles, pues tengo casi 29 años y me están cuidando como si tuviera 3, y necesitara de atención continua o moriría de inanición. Harto de no hacer nada con mi vida, y no dejarles vivir la suya como merecen. Ya jubilados, en vez de viajar, descansar y poder dejar de trabajar, deben quedarse en casa pendientes de mi.
Estoy harto de que mis amigos se hayan acostumbrado a que no salga y ni siquiera me llamen, y harto de sentirme tan mal como para no llamarles a ellos por no tener ganas de salir...



Si miráis en este mismo blog, veréis el relato "LA guarida del Dragón". He estado bajando al metro para acostumbrarme y quitar miedos. Pero no pasaba de ahí... estaba estancado en algo bueno... pero no daba pasos hacia algo mejor. Y esta mañana, cuando me he despertado cansado de mi vida, me he vestido, he ido al salón, le he pedido a mi padre que se vistiese y me acompañase al metro. Iba a enfrentarme al dragón, así, sin pensármelo. Con escudero, cierto. Pero todo el trabajo iba a hacerlo yo. El solo estaba para vendarme las heridas si debía entrar en combate. ¿Resultado? Victoria aplastante para Alvarito. Un total de 5 paradas, incluso una mas de lo que tenía previsto en principio. De propina, al bajarme, he estado en la estación casi otros 10 minutos, viendo llegar y partir trenes. Cuando subía las escaleras, tenía ganas de llorar de la alegría y la emoción.


Y de lo que me he dado cuenta es que no he vencido al dragón (el metro), porque no he luchado contra el. He luchado contra mi miedo. Con ganas y con tesón.
 Al dragón le he dado las gracias mientras se marchaba corriendo por su oscura cueva. ¡GRACIAS POR EL VIAJE! ¡ESTA TARDE VOLVEREMOS A VERNOS!

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